A menudo, los términos riesgo y peligro se utilizan como sinónimos, pero ¿son lo mismo? Te lo aclaramos desde ahora: no, las diferencias son sutiles, pero significativas. A grandes rasgos, podemos decir que el riesgo se refiere a la posibilidad de que ocurra un evento adverso o dañino, y está intrínsecamente ligado a la incertidumbre y la probabilidad. Mientras, el peligro indica una amenaza inmediata o potencial para la salud, seguridad o bienestar de las personas, sin necesariamente implicar una evaluación de probabilidad.
El riesgo va de la mano con la probabilidad
El riesgo es una medida de la probabilidad y la magnitud de un evento adverso o pérdida que puede ocurrir en el futuro. En el contexto laboral, esto puede incluir accidentes, enfermedades profesionales o daños a la propiedad. Asimismo, es importante entender que eliminar completamente el riesgo es casi imposible.
No obstante, sí se puede realizar una gestión del riesgo para identificar, evaluar y mitigar su impacto negativo y maximizar las oportunidades. Dentro del ámbito del riesgo, se pueden hacer tres distinciones:
- Riesgo puro: se refiere a la posibilidad de que un hecho ocurra y que traiga consigo una pérdida. Por ejemplo, choques, colisiones, incendios o derrumbes.
- Riesgo residual: permanece después de que se han implementado medidas de control para mitigar los peligros. Aunque no se puede eliminar completamente el riesgo, se debe monitorear y gestionar de manera continua para reducirlo al máximo posible.
- Riesgo aceptable: este indica el riesgo que una persona, organización o sociedad está dispuesta a tolerar o aceptar en función de sus objetivos, recursos y valores. Se basa en un equilibrio entre los recursos disponibles y los mecanismos utilizados para minimizar o mitigar los riesgos.
El peligro y la precaución como respuesta
El peligro se refiere a cualquier condición, situación o evento que tiene el potencial de causar daño, lesiones, enfermedades o pérdidas a las personas o cualquier otro aspecto de interés. En este sentido, las circunstancias que representan una amenaza para la seguridad y el bienestar suelen ser vistas como peligrosas.
Los peligros pueden manifestarse de diversas formas, incluyendo peligros físicos como caídas, incendios, productos químicos peligrosos; biológicos, por ejemplo, bacterias o virus; psicosociales que incluye el estrés laboral y el acoso; ergonómicos, y de seguridad, como la falta de señalización o maquinaria defectuosa.
Un paso importante para abordar el peligro es identificarlo. Así se podrá evaluar e implementar medidas preventivas y de control adecuadas para reducir o eliminar su impacto negativo.
Cuatro aspectos clave para diferenciar entre el riesgo y peligro
Hasta ahora, hemos detallado las características que distinguen al riesgo y al peligro. Ahora bien, ¿qué elementos los hacen distintos entre sí? A continuación, te compartimos cuatro aspectos clave que marcan la diferencia entre riesgo y peligro. ¡Vamos a ello!
Naturaleza del fenómeno
El riesgo implica la evaluación de la probabilidad y la magnitud de que ocurra un evento adverso debido a la exposición a un peligro. Mientras
Potencial de daño
El riesgo evalúa la probabilidad de que ocurra un evento adverso y el grado de impacto que podría tener si sucede. Mientras tanto, el peligro indica la existencia de una amenaza, sin considerar necesariamente la probabilidad de que se materialice.
Temporalidad
En el caso del riesgo, implica una evaluación prospectiva de eventos futuros basada en la probabilidad y el impacto potencial de esos eventos. Por su parte, el peligro es una condición presente que representa una amenaza inmediata o potencial.
Enfoque de gestión
Como hemos explicado, la gestión del riesgo se centra en evaluar las posibles consecuencias de situaciones adversas para implementar medidas de control para mitigar su impacto en caso de que sucedan. La gestión del peligro se enfoca en identificar, evaluar y controlar las condiciones o situaciones que pueden causar daño.
Un ejemplo de la diferencia entre riesgo y peligro
Supongamos que estás trabajando en una fábrica y necesitas mover una carga pesada utilizando un montacargas. En estos casos debes usar la protección adecuada. Sin embargo, decides ignorar los procedimientos de seguridad establecidos y no te pones el cinturón mientras operas el montacargas. Aquí te expones a un riesgo porque existe la posibilidad de que te caigas del montacargas y te lesiones debido a la falta de cumplimiento de los protocolos de seguridad.
Ahora, considera que estás trabajando en la misma fábrica y, mientras operas el montacargas sin el cinturón de seguridad, te encuentras con una zona del suelo que está debilitada y a punto de ceder. En este caso, la situación se convierte en un peligro inmediato pues es una posibilidad real de que el suelo se caiga mientras estás en el montacargas, lo que podría resultar en una caída desde una altura significativa.
¿Quieres saber más acerca de la gestión del riesgo y el peligro en contextos empresariales? ¡Quédate leyendo con nosotros el blog de Educa.Pro! Te recomendamos este artículo sobre la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y este otro sobre las consecuencias de tener, o no, unas buenas condiciones en el trabajo.