Hemos escuchado e incluso intuido por nuestra propia experiencia que en internet se encuentra todo, o casi todo. Se trata de una afirmación que no es tan disparatada como parece. Gracias a los avances tecnológicos y la transformación digital, en el espacio virtual se encuentra no solo información científica, libros, productos audiovisuales, mapas, tiendas electrónicas, entre otros, sino también nuestros propios datos, que van desde aquello que nos identifica hasta lo que hacemos en la red. A esto se le conoce como huella digital en internet.
En este post, precisamente, te contamos sobre qué es, cuáles son sus tipos, su importancia y cómo protegerla para cuidar nuestra privacidad, seguridad y reputación en línea.
La huella digital en internet es el rastro que una persona, institución o empresa deja en el entorno digital tras la interacción con los recursos y sitios que este espacio aloja. Estas señas o vestigios son registros únicos de datos que dan cuenta de la actividad en plataformas, aplicaciones o servicios (e.g. correos electrónicos).
Estos registros se generan de manera pasivo o activa, y se recopilan por las páginas y proveedores de servicios de internet para conocer el comportamiento del usuario, un aspecto relevante en la personalización de servicios y, desde luego, en la oferta de productos y servicios.
Esta especie de “sombra” digital, asimismo, puede ser utilizada por hackers para cometer ciberdelitos como la suplantación de identidad. De ahí la importancia de navegar en internet utilizando únicamente sitios confiables y seguros.
La huella digital en internet puede clasificarse en dos categorías principales: huellas activas y huellas pasivas.
Se entiende por huella activa al rastro de datos que genera el usuario de manera deliberada. ¿Qué acciones se realizan para generar este tipo de huella? Se trata de cualquier interacción voluntaria en internet, como publicar en redes sociales, blogs y foros, así como enviar correos electrónicos y llenar formularios online. Entre las publicaciones más comunes, se encuentran las fotografías, los vídeos y los comentarios. Los usuarios tienen cierto control sobre su huella e identidad digital.
Las huellas pasivas, como lo indica su nombre, se generan de manera automática sin la mediación directa del usuario. Al usar dispositivos electrónicos e interactuar con páginas o aplicaciones, se crean rastros de datos sobre el historial de navegación, las cookies, la dirección IP, la geolocalización y los datos del aparato con el que se realizan actividades en línea. En este caso, las huellas digitales no se encuentran bajo control total de los usuarios.
La importancia de la huella digital en internet se explica en los puntos que se presentan a continuación.
El control sobre la huella digital en internet es limitado: los datos que se encuentran en línea son difíciles de eliminar. Si bien el usuario puede ejercer cierto dominio sobre qué deja y qué no, en muchos casos, la información se copia, se comparte o se almacena en servidores de terceros sin consentimiento del afectado. Una vez que se publica algo en internet, se corre un altísimo riesgo de perder el control total de dicha información.
La huella digital en internet también se relaciona con la reputación digital de una persona. Las empresas, los empleadores potenciales y otras entidades suelen realizar búsquedas en línea para recopilar información sobre una persona. Una huella digital negativa podría afectar severamente la percepción de una persona. Por eso, es importante cuidar qué se publica o se comparte para lograr una huella digital positiva.
En cuanto a la ciberseguridad, la huella digital puede ser utilizada por hackers o delincuentes para robar la identidad u obtener datos sensibles del usuario mediante el phishing, spoofing u otros métodos. El objetivo es engañar a la víctima y obtener datos bancarios, datos de identidad, entre otros. Por esta razón, se recomienda cuidar la actividad en línea para salvaguardar la información personal.
La huella digital en internet puede manifestarse de diversas formas según las actividades en línea que realiza un usuario.
Las bancas digitales, bancas online o acceso a clientes también generan una importante huella digital en internet. Cualquier interacción con las plataformas o aplicaciones de los bancos, así como realizar compras, pagos, suscripciones, apertura de cuentas (débito o crédito), generan datos. Aunque los bancos manejan esta información con rigor, se sabe que hackers perpetran ataques para obtener datos de clientes y así filtrarlos en la red (datos de identificación, direcciones, contraseñas, entre otros).
Sí, una manera de incrementar la huella digital en internet es a través de las compras online. Hay que mencionar que los comercios electrónicos (e-commerce) tienen diferentes de recopilar información de los usuarios, y no solo a través de los historiales de compra, sino también mediante las alertas de novedades, cupones de compra, creación de una cuenta y, desde luego, utilizar activamente sus aplicaciones móviles si las hubiere.
Ya hemos mencionado a las redes sociales como uno de los espacios más importantes en lo que concierne a la generación de la huella digital en internet. ¿Qué ocurre dentro de ellas? Los usuarios comparten información personal en publicaciones al mismo tiempo que se relacionan con otros usuarios a través de etiquetas, por ejemplo.
Contrario a lo que se cree, eliminar publicaciones o interacciones en las redes sociales no garantiza que estas se hayan borrado definitivamente. ¿Qué ocurre? Los proveedores de estos servicios podrían quedarse con datos y, a su vez, otros usuarios copiar, capturar o replicar dicho contenido. Esto explica la necesidad de ser cuidadosos en el uso de estas plataformas. Como se mencionó anteriormente, se recomienda cuidar qué se publica y qué se comparte para cuidar la reputación digital.
Las suscripciones a newsletters, servicios de streaming y otras plataformas también forman parte de la huella digital en internet. Los datos recopilados se utilizan con diversos objetivos, pero el principal es elaborar publicidad personalizada y recomendaciones de contenido. En ocasiones, los datos del usuario pueden ser vendidos a terceros. Por esto, es importante conocer la política de privacidad de la suscripción, así como limitar al máximo la información compartida.
Dado que la huella digital en internet puede tener implicaciones significativas en la privacidad y seguridad, es crucial adoptar medidas para protegerla.
Uno de los primeros pasos para proteger los datos personales y de uso de aplicaciones y plataformas es la actualización constante de los softwares, ya sea de móviles, tabletas o computadoras. Los desarrolladores de los sistemas operativos lanzan periódicamente parches de seguridad para corregir vulnerabilidades.
Las contraseñas deben contener letras (minúsculas y mayúsculas), números, signos de puntuación, signos especiales y poseer una extensión superior a los 8 caracteres. En ningún caso deben utilizarse datos personales como la fecha de nacimiento, número de DNI u otra información sensible. Para cuidar las contraseñas, se pueden utilizar gestores digitales que se caracterizan por ser muy seguros.
Las conexiones públicas son un riesgo significativo, ya que pueden ser interceptadas fácilmente por ciberdelincuentes. Se recomienda evitar el uso de las redes wifi de este tipo para acceder a aplicaciones de banco, enviar mensajería, iniciar sesión en redes sociales u otras plataformas en las que se requieren credenciales privadas.
¿Sabías de la existencia de Google Alerts? Se trata de una herramienta que permite monitorear la huella digital en internet. Se configuran alertas con nombres, términos o datos que el usuario cree relevantes, con el objetivo de recibir alertas sobre lo que se publica en línea. Esto permite tomar medidas inmediatas si se detecta algo inusual.
Las filtraciones de datos son cada vez más frecuentes, por lo que es fundamental actuar de inmediato para minimizar el impacto. ¿Qué hacer, entonces? Lo primero es modificar las contraseñas, estar pendientes a las comunicaciones de las empresas o instituciones afectadas, y tomar otras medidas para proteger la información comprometida.
Si quieres cuidar tus datos con rigurosidad, puedes utilizar una red privada virtual (VPN). ¿Para qué sirve? En términos simples encripta la conexión a internet, lo que dificulta que terceros rastreen la actividad web del usuario.