¿Sabes qué es ser proactivo? Es una de las cualidades más valoradas en las empresas y, siempre que vamos a una entrevista de trabajo, cómo intentan identificarla en nosotros. Cuando hablamos de un profesional proactivo, hablamos creatividad, de motivación por la consecución de los objetivos empresariales y por el propio crecimiento dentro de la organización y, en definitiva, de tener iniciativa propia para impulsar la productividad adoptando medidas que vienen del propio trabajador.
¿La proactividad nace o se hace?
Si alguna vez te has preguntado como ser más proactividad o cómo es que a algunos de tus compañeros siempre se les ve con buena predisposición y energía en su puesto, seguramente, estén influyendo varios factores. Algunos innatos y otros, no tanto.
Por lo general, las personas proactivas comparten cualidades como estas:
- Son autónomos.
- Tienen un fuerte sentido de la responsabilidad.
- Son empáticos, lo que hace que se les dé bien el trabajo en equipo.
- Tienen iniciativa y se enfocan a la acción.
- Son extrovertidas y seguras.
- No les cuesta tanto tomar decisiones de forma rápida o pivotar.
- Tienden a tener una actitud positividad en los momentos de crisis o visualizan mejor las oportunidades.
- Son creativos, lo que les ayuda a obtener soluciones alternativas cuando algo no se consigue por la vía convencional.
- Saben organizar su tiempo.
Seguro que tú también tienes muchas de estas cualidades, pero si hay alguna en la que no seas tan fuerte, la buena noticia es que puedes trabajarla en tu día a día.
Por otro lado, si decides proponerte como reto mejorar tu proactividad en el trabajo, debes saber que el pilar fundamental para ello es la motivación, ya que, cuando una persona está altamente motivada por sus propios intereses, se mueve por sí solo hacia sus objetivos. Esta puede ser intrínseca o extrínseca, veamos en qué consiste cada una.
Motivación intrínseca y extrínseca ¿sabrías diferenciarlas?
La motivación intrínseca se refiere al impulso interno y personal que surge de la satisfacción y el placer que obtenemos al realizar una actividad en sí misma. En otras palabras, nos sentimos motivados por el disfrute, la curiosidad o el interés inherente en la actividad. La recompensa proviene de dentro de nosotros mismos.
Por otro lado, la motivación extrínseca se deriva de factores externos y no está relacionada directamente con la actividad en sí. En lugar de buscar la satisfacción interna, nos motivamos por recompensas o consecuencias externas, como premios, reconocimiento, dinero o evitar castigos.
Como ves, lo ideal para mantener o aumentar tu productividad en el trabajo es activar tu motivación intrínseca, ya que, de esa manera, no dependerás de factores externos para sentirte bien en tu puesto
¿Qué puedes hacer para mejorar tu proactividad en el trabajo?
Aunque la motivación es el pilar clave para ser proactivo, y esto se consiga, fundamentalmente, con un trabajo que te guste, con el que te sientas realizado, en el que haya buen ambiente entre compañeros y con el que te sientas conforme con las condiciones; tú también puedes poner de tu parte para sentirte más proactivo.
Haz esto durante 21 días y genera el hábito de la proactividad:
- Establece metas claras: define metas y objetivos específicos que te gustaría lograr en tu trabajo. Esto te ayudará a tener un sentido de dirección y te motivará a tomar acciones para alcanzarlos.
- Anticipa y planifica: identifica posibles obstáculos o problemas que puedan surgir en tu trabajo y planifica cómo abordarlos de antemano. Esto te permitirá estar preparado y actuar rápidamente cuando surjan.
- Toma la iniciativa: no esperes a que te digan qué hacer. Identifica áreas de mejora, propón ideas y soluciones, y toma la iniciativa para implementar cambios positivos en tu trabajo.
- Prioriza tareas: aprende a priorizar tus tareas y asignarles el tiempo y los recursos adecuados. Esto te ayudará a enfocarte en las actividades más importantes y a evitar que las tareas urgentes te distraigan de tus objetivos a largo plazo.
- Organiza tu tiempo: utiliza técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, para trabajar de manera más productiva y eficiente. Divide tu tiempo en bloques y dedica períodos concentrados a tareas específicas, evitando las distracciones.
- Aprende a decir «no»: aprende a establecer límites y a decir «no» cuando sea necesario. Si tu carga de trabajo es demasiado alta o si una tarea no está alineada con tus metas, es importante poder rechazar o delegar adecuadamente.
- Fomenta la comunicación proactiva: comunícate de manera proactiva con tu equipo y tus superiores. Comparte tus ideas, preocupaciones y sugerencias de mejora de manera abierta y constructiva. Esto ayudará a impulsar cambios y a generar un ambiente de colaboración.
- Aprende de los errores: en lugar de ver los errores como fracasos, tómalo como una oportunidad de aprendizaje. Analiza tus errores, identifica cómo mejorar y aplica esos conocimientos en futuras situaciones.
- Mantén una actitud positiva: cultiva una actitud positiva hacia tu trabajo y las tareas que realizas. Mantén el enfoque en las soluciones y no te dejes desanimar por los obstáculos. Una actitud positiva te ayudará a mantener la motivación y la proactividad.
Y hablando de motivación… esperamos que este post te haya ayudado a seguir creciendo y luchando por tus metas desde la ilusión y la proactividad. ¡Te esperamos en la próxima entrada de Educa.Pro!