En toda empresa hay gente muy comprometida con el trabajo, con la consecución de objetivos y con dar el máximo cada día. Eso no está nada mal, ya que estar comprometidos con nuestro empleo es algo muy positivo. Sin embargo, hay una diferencia entre esta actitud que comentamos y una adicción. En este artículo hablaremos del workaholic o la persona que se aplica mucho en el trabajo.
Este término se utiliza de manera habitual para describir a la persona que se enfocan mucho en el trabajo, pero sin ser conscientes de que es una condición psicológica que tiene una serie de consecuencias. En el presente post queremos desglosar este término y ayudar a profesionales de RRHH a detectar a los workaholics que se encuentran en su empresa, con el fin de ayudarles.
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¿Qué se entiende por Workaholic?
Workaholic o persona que se aplica mucho en el trabajo hace referencia a un principio de adicción. Básicamente, se trata de un estado psicológico en el que una persona se dedica totalmente a su actividad laboral, pasando a ser su prioridad absoluta. ¿Trabajas a todas horas sin que nadie te presione para ello? Ten cuidado.
Las consecuencias de ser un workaholic o una persona que se aplica mucho en el trabajo son muchas, y es que este estado psicológico acaba influyendo en la salud física y mental del que la sufre, afectando de lleno a sus relaciones de amistad y familiares. Aun así, no es del todo correcto llamarlo “adicción al trabajo”. ¿Por qué? Vamos a explicarlo detalladamente.
No hay ninguna referencia como tal en los manuales diagnósticos utilizados en psicología clínica y psiquiatría. Eso quiere decir que no se trata de una adicción como lo son, por ejemplo, el alcoholismo o el juego. Estas adicciones son muy graves y no suelen desaparecer sin una intervención profesional. Por otro lado, los workaholics pueden dejar de serlos con el paso del tiempo.
¿Cómo identificamos a un workaholic?
Por norma general, un workaholic presente una serie de características que la hacen reconocible. Esta información puede serte muy útil en tu trabajo, pero para los departamentos de RRHH se convierte en una información vital. Y es que una persona que se aplica mucho con el trabajo necesita de una hoja de ruta con la que conseguir una relación sana con su empleo.
De esta manera, estas son las características a través de las cuales podemos identificar a un workaholic:
- Piensa constantemente en el trabajo, haciendo hincapié en su desempeño.
- No se toma ni una tarde libre, ya que busca diferentes formas de trabajar fuera del horario laboral.
- A raíz del anterior punto, se trata de una persona que echa más horas de las que tiene estipuladas por contrato.
- Está entre los mejores trabajadores de la empresa. Esto, como es obvio, es una de las consecuencias que se deviene de las horas que invierte en el trabajo.
Síntomas de un workaholic
¿Y si soy yo mismo la persona que tiene sospechas de que sufro esta adicción al trabajo? También hay maneras de detectarlo, aunque previamente tendrás que hacer un análisis sincero y exhaustivo de tus comportamientos, hábitos y emociones. Si te identificas con alguno de los siguientes puntos, es el momento de que busques ayuda:
- Te gusta llegar pronto a la oficina e irte el último.
- No haces ningún tipo de descanso durante tu jornada laboral, llegando a punto de comer encima del escritorio.
- Cuando pasas tiempo con gente externa a tu trabajo, únicamente hablas de tu empleo, de tus jefes, tus compañeros o de tu salario. Esto es otro de los síntomas que denotan que te estás convirtiendo en un workaholic.
- Cuando estás de vacaciones, te irritas y te pones nervioso. No puedes estar alejado de la vorágine diaria que supone el trabajo.
- Priorizas el trabajo a los planes personales.
- Tienes problemas físicos como agotamiento, dolores de cabeza constantes o problemas gastrointestinales.
- No sabes delegar.
- No eres capaz de reconocer que tienes un grave problema.
Consecuencias de ser un workaholic
A lo largo del presente artículo, venimos comentando que ser un workaholic tiene una serie de consecuencias para la salud, tanto física como mental, ¿pero de qué consecuencias estamos hablando? Básicamente, las podemos resumir en tres:
- Insomnio: Cuando mantenemos un alto nivel de actividad, no le permitimos a nuestro cerebro que se relaje, lo que se traduce en insomnio.
- Estrés y ansiedad: La persona que se aplica mucho en el trabajo puede presentar problemas de estrés, cuadros de ansiedad e incluso depresión, ya que nunca va a estar contento con el rendimiento que ofrece.
- Obesidad y otros problemas similares: Cuando más permanecemos en el trabajo, menos nos movemos y sufrimos una mayor ansiedad. Esto puede provocar la ingesta no controlada de alimentos y una falta de ejercicio físico.
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