
En un entorno en el que la innovación, la digitalización y la competitividad son clave en el mercado, los planes de formación en una empresa se han convertido en una herramienta esencial a la hora de garantizar el crecimiento y la adaptación de las organizaciones.
Un plan formativo se trata de un programa organizado que permite identificar las necesidades de capacitación de la plantilla de una empresa, estableciendo objetivos claros y diseñando programas de aprendizaje alineados con la estrategia de la organización. De esta forma, no solo se mejoran las habilidades y conocimientos de los empleados, sino que mejora la productividad, impulsa la motivación y refuerza la posición competitiva de la empresa en el mercado.
Una vez sabemos qué es un plan formativo, el siguiente paso es saber para qué sirve el plan de formación dentro de la estrategia corporativa. Un plan de este tipo persigue objetivos tanto a nivel organizacional como a nivel individual, pues la mejora de las competencias de los integrantes del equipo se refleja en el éxito de la empresa.
Los principales objetivos que tiene la formación del personal son:
Por un lado, un plan de formación bien diseñado y estructurado trae consigo diversas ventajas clave para las organizaciones. Entre ellas:
Por otro lado, los trabajadores también cuentan con beneficios de los planes formativos que ofrecen sus empresas. Entre ellos:
Diseñar un plan de formación de una empresa supone seguir un proceso bien estructurado y organizado para garantizar su éxito y sacarle el mayor partido. No basta con ofrecer cursos al azar, la clave está en planificar un plan formativo que esté alineado con las necesidades del equipo y la estrategia empresarial. Para ello, te detallamos el paso a paso para lograr un plan de formación próspero:
Identificación de necesidades formativas
Se analizan las necesidades o posibilidades de mejora según los retos a los que se enfrenta la empresa, ya sea por cambios en el entorno, nuevas normativas o debilidades internas.
Definición de objetivos SMART
Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales; asegurando así que el plan tenga un propósito claro.
Selección de metodologías y recursos
En este paso se eligen las modalidades más adecuadas según la disponibilidad los recursos de la organización, ya sea formación online, presencial, mentoring, talleres, etc. Además, se seleccionan los recursos necesarios como plataformas digitales, contenidos, formadores, etc.
Planificación de cronograma y presupuesto
Otro paso fundamental es organizar el calendario de formación y definir los costes que implica, asegurando así que los recursos destinados al plan de formación se aprovechen al máximo.
Evaluación y seguimiento
Finalmente, se establecen medidas de control para medir la efectividad del plan formativo, corregir posibles desviaciones y hacer las mejoras que correspondan.
Implementar un plan de formación implica a su vez analizar y medir su impacto en la organización. De esta forma, la empresa podrá comprobar si el esfuerzo, recursos e inversión empleados están generando el resultado esperado. Para ello, vamos a hablar de indicadores de éxito y métodos de evaluación que pueden ser útiles para analizar un plan de formación.
Indicadores de éxito:
Métodos de evaluación:
En definitiva, los planes de formación en una empresa son una herramienta esencial a la hora de impulsar el crecimiento, la motivación y la competitividad de cualquier empresa. Contar con un plan formativo bien diseñado asegura que tanto la organización como los empleados avancen juntos hacia el mismo objetivo. En este sentido, plataformas como Educa.Pro facilitan y simplifican la creación, gestión y seguimiento de programas e itinerarios formativos, ayudando a que las empresas desarrollen su talento de una forma eficiente y personalizada.