
El Permiso Individual de Formación (PIF) es un derecho de los trabajadores para solicitar tiempo que les permita realizar estudios oficiales, pero manteniendo su salario durante el tiempo que dura este proceso. Estas acciones tienen como fin mejorar las cualificaciones profesionales y adaptarse a las nuevas tendencias del mercado laboral sin tener que renunciar a su puesto ni a su salario.
Según la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), que es el organismo que se encarga de la gestión de esta la formación bonificada, el tiempo al que está limitado este permiso son 200 horas laborales por curso académico o año naturales, dependiendo del caso.
En días es un equivalente a 25 días al año en caso de que la persona que lo realiza tenga un contrato de jornada completa.
En el caso de este permiso, no está limitado en cuanto a cantidad de permisos sino en horas, como mencionábamos anteriormente. Se pueden dividir esas 200 horas en tantos permisos como sean necesarios siempre que la suma no supere el límite bonificable para la empresa. También existe una limitación en cuanto al límite de horas al día, pues no puede superar las 8 al igual que pasa con una jornada laboral.
Es clave entender que las horas del PIF que corresponden al trabajador hace referencia a las horas que se ausenta del puesto de trabajo para asistir a la formación, no a las horas del curso que está realizando.
Las horas se consideran tiempo de trabajo efectivo por lo que tienen que retribuirse como tal. Dependiendo del acuerdo estas horas pueden coincidir de forma total o parcial.
Es la empresa la que sigue pagando el salario al trabajador durante el tiempo en el que este se encuentra realizando la formación y con el PIF activo. Tras este periodo, la empresa recupera el coste mediante bonificaciones en la Seguridad Social siempre que cumpla con los requisitos que se exigen a las entidades, que son:
Para los trabajadores, los requisitos son:
En el caso de querer tramitar este permiso, es necesario realizar una solicitud formal y adjuntar:
Una vez entregados estos documentos a la empresa, es necesario que esta autorice el permiso.
Es posible que la empresa deniegue el permiso, ¿qué puedo hacer en este caso?
En primer lugar, revisar que la solicitud sea correcta y no falte ninguna información, así como comprobar que la formación solicitada cumple con los requisitos exigidos. Si ya hemos hecho las comprobaciones pertinentes y la justificación no es objetiva podemos:
En resumen, el Permiso Individual de Formación (PIF) es una oportunidad para los trabajadores que quieran mejorar sus competencias sin tener que renunciar a su salario, además de una excelente forma de motivar a los empleados a mejorar por parte de la empresa. Apostar por la formación continua supone un beneficio para ambas partes y conocer las características de este permiso facilitará mucho una correcta aplicación.